Cuando difícil resulta muchas veces, entender cuál es nuestro lugar delante de nuestro Dios, el cual es creador de todas las cosas, que nuestros ojos contemplan y aún aquellas que no vemos ni nos imaginamos que existen
En el capítulo 3, el apóstol habla de la trascendente gloria del ministerio del nuevo pacto, que desarrolla en el capítulo anterior y provee a sus oyentes el fundamento para no desmayar en este ministerio
Desde tiempos antiguos, y a través de los profetas, particularmente del Profeta Jeremías, Dios estableció que venían días en los cuales haría un nuevo pacto con la casa de Israel y de Judá
Las cartas de recomendación, eran comunes en el pasado, como también en nuestro tiempo. A través de ellas se allanaba el camino para que los portadores fueran recibidos con hospitalidad donde llegaran.
Hay situaciones en la vida que producen distintas sensaciones en las personas, algunas de ellas no queremos recordarlas porque han sido tristes, o porque han significado tal vez una derrota, y nos avergüenzan o hacen caminar con la cabeza agachada
Existen en los diferentes pueblos una conciencia colectiva que nos transmite sabiduría, algo de esto es lo que sucede con los dichos y refranes, que son frases breves que entrega un consejo o moraleja, y algunos de ellos tienen que ver con el tema del perdón
Hay un proverbio que dice: “Del hombre son las disposiciones del corazón; mas de Jehová es la respuesta de la lengua (Proverbios 16:1), quizás de allí derive el dicho popular conocido “El hombre propone y Dios dispone”.
Un hombre, le contaba a su amigo, sobre un hecho acaecido varias décadas atrás. En una circunstancia en que el negocio familiar se encontraba en apuros económicos, su padre, a espaldas de la familia recurrió a un financista privado, que le otorgó un préstamo por una suma importante en esa época.
Después de escribir 1 Corintios, Pablo pensó que era necesario hacer una visita rápida y dolorosa a Corinto, puesto que los problemas que habían dado ocasión a la primera carta, aún no habían sido resueltos
Todo creyente para ser consolado, es necesario que pase primero por el sufrimiento, por la aflicción, por la tribulación. No hay victorias sin padecimientos.