Escuela Dominical

domingo 10 de mayo del 2020 Gálatas 3:1-5Romanos 8:5-6

El Espíritu se recibe por la fe

Lección: Gálatas 3:1-5
Texto: Romanos 8:5-6

  • El Espíritu se recibe por la fe

Introducción: La justificación mediante la fe en Cristo Jesús, es la verdad positivamente divina, contraria a la doctrina de la justificación por medio de las obras, porque el Espíritu Santo acompaña su recepción, el de la justificación por la fe, cual testimonio de que los que lo aceptan son hijos de Dios. Esta justificación por la fe, es generada por el mismo Espíritu Santo en el corazón del creyente.

Desarrollo: V.1) “¡Oh gálatas insensatos!...”, es decir, necios, torpes, enloquecidos. Profundamente conmovido el apóstol, reasume así su apelación directa a los Gálatas desviados por los judaizantes. ¿Quién os fascino?. Su caída en el error le parecía tan enorme, y al mismo tiempo tan estúpida, que solo podía haberse efectuado por un encanto, embeleso satánico.

En verdad, ¿no es este el único modo de explicar las múltiples caídas en los errores que ocurren en la actualidad, particularmente tratándose de personas de marcada inteligencia?. Embeleso satánico para no obedecer a la verdad, por no querer creer a la verdad. Pablo no podía creer con cuanta facilidad habían sido engañados los Gálatas.

“Ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado…”. Es decir, dibujado, pintado a lo vivo. Esta parte del versículo nos da idea interesante e instructiva, tanto respecto al modo de predicar de Pablo, como del tema de su predicación. Tanto en Galacia como en Corinto, la esencia de su mensaje era Cristo, y Cristo crucificado. Su modo de proclamarlo era intrépido, serio, tierno, apasionado, describiendo vívidamente la persona de Cristo y su cruel y bárbara crucifixión, del modo más conmovedor, como si se estuviera realizando el hecho a la vista de sus oyentes.

V.2) “Esto sólo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?, cómo si la respuesta a la pregunta que hace, bastará para determinar la solución del litigio de una vez. Por su puesto, la respuesta que esperaba Pablo era que, habían recibido el Espíritu, no por el cumplimiento de prácticas prescritas por la ley, sino mediante el oír de la fe, tanto más, cuanto que seguramente en los días de su conversión fue tan clara la obra del Espíritu Santo en los individuos, que jamás se podían olvidarse de ella. Con toda probabilidad, además de la conversión operada por el Espíritu, muchos de ellos fueron dotados de dones especiales del Espíritu Santo. Pablo estaba cierto, ciertísimo, que mediante la fe había recibido el Espíritu, así, pensaba, debían estarlo ellos.

V.3) ¿”Tan necios sois? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a cavar por la carne? En el Espíritu, con el Espíritu, refiriéndose al elemento en que tiene su principio la vida cristiana. Sin el Espíritu no puede haber salvación; “lo que es nacido de la carne, carne es; más lo que es nacido del Espíritu, espíritu es”. Según las Escrituras, Dios por su Espíritu comienza la obra en los creyentes, y él mismo la perfecciona; pero los Gálatas cometieron la necedad de querer ayudar al Espíritu en esta obra magna, con medios tan nulos como la circuncisión y otras ceremonias judaicas, ahora los Gálatas, estaban “acabando por la carne” mediante la circuncisión hecha en la carne y otros ritos propios de un culto exterior o carnal, también esta declaración de Pablo se puede traducir así: “habiendo principiado en el Cristianismo, ¿vais ahora a terminar en el judaísmo”? Para ocurrírseles tamaña necedad, era preciso que fuesen encantados con promesas y discursos pulidos y elocuentes, de los emisarios del error, inspirados por el padre de los embaucadores, Satanás.

V.4) “¿Tantas cosas habéis padecido en vano…?”. Es difícil creer que tanto sufrimiento haya sido en vano, todavía debe de haber esperanza respecto a vuestra rehabilitación. En vano es el padecimiento por una causa, si después se vuelve a otra, se pierde todo, y para proceder de esa manera, hay que ser realmente un necio, un tonto.

V.5) Cristo les había concedido el Espíritu Santo, y por medio de él, obraba maravillas, milagros y dones entre ellos. Por lo visto, era esta iglesia en sus principios, una congregación muy similar a la de Corintios, es decir, una iglesia espiritual, con manifestación del Espíritu Santo dentro de sus cultos, y toda esta manifestación del Espíritu era obrada mediante la fe, y no mediante las obras de la ley. Sólo por la gracia de Dios. ¿Cómo podía Dios haberles suministrado el Espíritu  y sus dones milagrosos, por los méritos de sus obras o de su obediencia a la ley judaica, si entonces apenas conocían tales estatutos y preceptos judaicos? Absurdo. De esta manera el Apóstol, quería anular todo argumento posible en pro de guardar la ley, como condición de obtener la justificación.

 

Conclusión: Pablo les había llevado el Evangelio, y el Espíritu había obrado en ellos. Sin embargo, ahora se volvían a las obras de la carne, con la esperanza de que una combinación de fe (Espíritu) y obras (Carne), obrase más fácilmente o de mejor manera, lo cual por su puesto es una fatal combinación. No se puede combinar la gracia con las obras de la carne.

 

Nota : Cualquier consulta de la lección, la puede realizar a la comisión encargada Año 2020

Pr.Jorge Andulce P. (3°Viña del Mar) - Pr.Manuel Díaz B. (Santiago Centro) Pr.Claudio Cisternas C. (5°Puente Alto)  -   Pr. Alvaro Vega N. (2°Quilpué)

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